LORETO GONZÁLEZ Y EL COMPROMISO

Loreto González es la mejor pastelera de España y parte del extranjero; sus galletas son imprescindibles e impresionantes. También es un poco “bruja” y tiene una sonrisa capaz de abarcar todo el universo. Como es una persona que no para de crecer nunca, ahora se ha convertido en una excepcional coach.
PASTAS Y COACHING
En el fondo, el trabajo del coach tiene mucho que ver con la pastelería. Partes de una idea: bien sea el postre que quieres confeccionar o el objetivo al que deseas llegar en la vida; después, hay que ir añadiendo los ingredientes ajustando sus cantidades para lograr el equilibrio adecuado pero también con cierto componente de investigación para descubrir nuevos caminos y nuevos resultados.
El coaching no consiste en entregar una receta cerrada al cliente sino en irle dirigiendo, a través de las preguntas adecuadas que le hagan reflexionar, hasta que encuentre su propio camino.
Y no es que sean preguntas muy distintas a las que todos nos hacemos habitualmente; la diferencia está en que, al ser planteadas por una persona externa a nosotros mismos, nos vemos impelidos a contestarlas.
LEY DEL MÍNIMO COMPROMISO
La sociedad actual parece que prima de alguna manera una ley no escrita del mínimo esfuerzo y preferimos que nos lo den todo hecho. Hasta el punto en que, el hecho de contestarnos una pregunta nos supone demasiado esfuerzo.
El coaching genera frustración en muchas personas porque, lejos de recibir las respuestas que, por dejadez, no desean contestarse, el buen coach les agasaja con nuevas y retadoras preguntas.
Conseguir las respuestas exige un compromiso fuerte con uno mismo; sin ese compromiso no hay éxito posible.
HÁBITO Y ESFUERZO
La capacidad de implementar hábitos en la vida es el mejor reflejo de la capacidad de compromiso que una persona tiene al realizar coaching.
Cuanto más esfuerzo exija el hábito, y más importante éste sea, más afianzado se verá el compromiso de esa persona con el objetivo que aspira alcanzar.
Sin embargo, mucha gente confunde ese compromiso con sus supuestos derechos por haber pagado el servicio. Esa actitud les devuelve directamente al punto de partida del mínimo esfuerzo y del “me lo das todo bien mascadito…que por eso te pago”.
Y es que el compromiso no se puede comprar; como mucho, podrás pagar un anestésico para tu conciencia. De eso sabe mucho el gestor de cualquier gimnasio.
MIEDO AL CAMBIO
Aparte de generar los hábitos necesarios, con el compromiso adecuado, otra cosa que es fundamental en todo proceso de cambio, sea a través del coaching o de otros métodos, es el ser capaz de enfrentarse al miedo que dicho cambio va a provocarte.
El cambio es inevitable y el miedo es libre e irracional. Si el mundo está cambiando constantemente; ¿por qué no cambiar con él?
Es irracional asumir que lo mejor que te puede pasar, en un proceso de coaching, es que pierdas cosas. Por eso se instaura el miedo con tanta facilidad.
Apúntate a este café y descubre el compromiso necesario para el cambio.