ARIEL BRAILOVSKY Y HUIR DE LA MEDIOCRIDAD

Para Ariel Brailovsky, la palabra “nunca” no existe en su vocabulario. Quizás esta sea la mejor presentación de un tipo que, por otra parte, no necesita de ninguna presentación.

 

NUNCA DIGAS “NUNCA”

 

Debido a nuestra improbable existencia, desde un punto de vista meramente biológico, debemos de considerarnos tan afortunados de existir, que la palabra “nunca” o “no puedo” no debería de contemplarla nadie en este mundo.

 

La gente que apela al “nunca” no confían en ellos mismos y no tienen ni idea del potencial que tienen. Se trata de encontrar la fórmula que corresponde a ese potencial de una manera realista.

 

El convertirse en la mejor versión de cada uno es una decisión absolutamente personal que se toma cada día al despertar.

 

Cuando pones la actitud adecuada a la vida, todo funciona de otra manera y obtienes resultados distintos.

 

ABUNDANTE MEDIOCRIDAD

 

Hay demasiada mediocridad en el mundo. Por ese motivo, si vas a poner excusas, ni te esfuerces un mínimo: no vas a ser original. 

 

Pero también hay personas en el mundo que son excepcionales y que van a dejar un legado en el mundo: si has podido cambiar la vida de tan sólo una persona, ya dejas un legado en el mundo.

 

Conseguir dejar un legado, como todo en esta vida, se adquiere de la misma manera: practicando, fallando y aprendiendo de los errores.

 

Nadie te da un manual acerca de cómo llevar tu vida adelante; y, cuanto más creces, más difícil se vuelve el asunto. Pero hay que seguir evolucionando.

 

FALLAR O FRACASAR, HE AHÍ LA CUESTIÓN

 

En la vida los fracasos deben ser moratones transitorios y no tatuajes perpetuos.

 

De hecho, en el idioma inglés no hay un concepto para nuestro “fracaso” y lo denominan “failure”, que significa “fallo”.

 

Conceptualmente, esto es muy poderoso. Porque no es lo mismo, para la mente de una persona, decirse que ha fallado a que ha fracasado.

 

El mayor problema de quien piensa que ha fracasado es el síndrome del impostor: el pensar que no es lo suficientemente bueno y merecedor. Pero esos no son los verdaderos fracasados y tan sólo sufren de baja autoconfianza.

 

Los verdaderos fracasados son los que van por la vida como si fueran los amos del mundo sin pararse a pensar en si han fracasado.

 

EL CAMINO DE LA ABUNDANCIA

 

No hay nada romántico en ser pobre. Ni romántico, ni épico, ni heroico. 

 

Sin embargo, la sociedad llega a pensar lo contrario y que, con el mero gesto de no hablar del dinero, los problemas económicos se resolverán por arte de magia.

 

No hay forma humana de conseguir tus objetivos en la vida si no tienes dinero. Eso es un hecho. 

 

Y aportar valor no te va a dar de comer sin más. Aportar valor te va a permitir ayudar a gente, construir una reputación y una relación con tu potencial cliente. 

 

Pero hasta que no se pone el dinero encima de la mesa, no hay nada.

 

Apúntate a este café, aléjate de la mediocridad y sigue la senda de la abundancia en tu vida.

 

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