¿ERES AZUL O ROSA EN TU RELACIÓN?
A menudo me preguntan: “¿en qué consiste eso que tanto comentas sobre ser azul o rosa?”.
Te respondo “a la gallega”, con otra pregunta: “¿te apetece hoy ponerle los dientes largos a tu pareja?, ¿quieres estimular su deseo?”. Bueno, pues ten a mano papel y boli para apuntar las siguientes claves.
Muchas veces nos equivocamos cuando pensamos que el deseo, y la activación del mismo, de nuestra pareja tiene que ser igual que el nuestro. No nos damos cuenta de que puede ser totalmente diferente.
Yo diferencio los tipos de deseo usando dos colores (y sus infinitos rangos de matices, claro): el azul y el rosa. Y, aunque desde pequeños nos han contado que el color azul es más característico de los chicos y el rosa de las chicas, a mi me gusta desmarcarme de dichas etiquetas.
Te voy a poner un ejemplo para que sea más fácil de comprender. Vamos a suponer una pareja heterosexual y vamos a suponer que soy el chico:
Tras salir de una larga jornada de trabajo, mis intenciones son las siguientes: entrar en casa, pasar por la cocina, agarrar una cerveza, desplomarme en el sofá y ver un partido.
Durante todo el camino hasta casa sólo pienso en el plan: cerveza, sofá y fútbol. NO pienso en nada más.
Al llegar a casa, lo primero que veo es a mi pareja con el último modelo de lencería (pon la marca que quieras) que me mira y me dice: “cariño, te estaba esperando”.
Lo habitual y frecuente es que, en ese momento, un chico se olvide de la cerveza, del sofá y hasta del fútbol para centrarse en su pareja. A éste tipo de deseo más “visual” es al que yo denomino “azul”.
Pues, pongámonos a imaginar otra escena. Esta vez voy a ser la chica. Con los mismos condicionantes de cansancio tras el trabajo y la misma idea fijada durante todo el camino: cerveza, sofá y fútbol.
Nada más entrar por la puerta de casa me encuentro a mi pareja vistiendo tan sólo un tanga de leopardo; me mira a la cara y me dice: “cariño, te estaba esperando”.
La mayoría de las chicas, lo mirarán de hito en hito, dudando de si no se habrá equivocado de puerta o le dirán: “¡vístete, anda! No vayas a pillar un catarro”. La mayoría seguirán su camino hasta la cocina y se sentarán en el sofá delante del televisor con su cerveza fresca en la mano. Este tipo de deseo es más sensitivo y yo lo denomino “rosa”.
Quizás puedas llegar a pensar: “¿Todos los chicos tienen un tipo de deseo azul y todas las chicas rosa?”. Claro que no.
¿Cómo podría activar el deseo rosa de mi pareja pasando del tanga de leopardo? Imagina que, al llegar a casa, le digo: “cariño, me imaginaba que ibas a llegar muy cansada. Te he preparado un baño de espuma y tienes una cerveza fría esperando en el borde de la bañera. Cuando salgas, quiero darte un masaje por todo el cuerpo y que descanses”.
¿Cambiarían las cosas? Casi seguro. ¿Veis en qué consisten las diferencias en el tipo de deseo?
Entonces, lo primero, es descubrir qué tipo de deseo tiene tu pareja. Y, aunque la mayoría de los chicos serán azules y la mayoría de las chicas serán rosas, puede que haya chicas que, al ver el tanga de leopardo les falte tiempo para arrancarlo.
Si mi pareja es azul, un mensaje picante de wassap puede ser suficiente para activarlo. Sin embargo, si es rosa, quizás debería mediar una buena conversación.
Y, como te dije al principio, entre el rosa más rosa y el “azuloscurocasinegro” existe una gama de matices cuasi-infinita: una variedad tan amplia como la propia diversidad humana.
Esto no quiere tampoco decir que exista un tipo de deseo mejor que otro. Pero nos puede dar unas pinceladas para entender mejor el de nuestra pareja y facilitar la comunicación erótica entre nosotros.
Espero que me cuentes si te ha resultado de utilidad.
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Hasta pronto.