TE QUIERO PERO NO SOPORTO TU DEPENDENCIA POR MÍ
¿Has escuchado alguna vez algo así como: “yo quiero compartirlo TODO contigo; si tú no sientes lo mismo será que no me quieres”?
Pues de eso, nada. Ya te he comentado alguna vez que cada miembro de la pareja debe de conservar su parte de espacio privado, sin compartir. Y si alguien tiene la necesidad de compartirlo TODO con su pareja, quizás lo único que esté haciendo es mostrar su grado de dependencia emocional.
Hasta cierto punto, y gracias a nuestro acervo cultural, hemos podido tener la sensación de que un cierto grado de dependencia emocional es positivo, e incluso sano para una relación.
Puede existir el caso de personas que piensen que, si su pareja no quiere pasar el cien por ciento del tiempo a su lado, es que debe de sentir vergüenza o algo peor.
Nada más lejos de la realidad. Para que las relaciones de pareja crezcan de forma sana, sus miembros deben de contar con espacios individuales: con amigos, objetivos y sueños personales. Vamos a repasar algunos supuestos prácticos.
Chantaje emocional
Se suele jugar la baza del chantaje para tratar de achicar el espacio individual de algún miembro de la pareja. Quizás sea porque el propio espacio de la persona que lo realiza sea demasiado pequeño. La solución no pasa por empequeñecer un espacio, sino por agrandar el espacio más pequeño: búsqueda de nuevas amistades o aficiones, etc.
No hay que olvidar que cada persona debe gestionar su propia vida, independiéntemente de si tiene un espacio de compartición con otra persona, en este caso su pareja.
No se trata de dos personas que se convierten en una sóla, como suele pasar en los cuentos que nos contaron y que tanto daño nos hicieron.
Te recomiendo que NUNCA dejes de lado a tus amistades, por más que quieras a tu pareja. Si una persona te quiere de verdad, no debería pedirte la exclusividad de tu tiempo. No eres de su propiedad. Además, como las relaciones de pareja tienen fecha de caducidad, puedes verte inmersa en la soledad más adelante.
“Te preocupas de todo menos de mí”
Lo primero que tenemos que aclarar es que nadie debería ocuparse de ti, salvo tú mismo. Es tu decisión y tu responsabilidad. No puedes exigir a nadie que se ocupe de ti.
Si no eres capaz de diferenciar entre el amor y la dependencia hacia una persona en concreto, te recomendaría que te fijes en si la vibración de tu corazón es como antes y si eres capaz de imaginarte un futuro a su lado. En ocasiones, un corazón puede querer pero no vibrar, le falta pasión. Si sigues al lado de una persona por la que tu corazón ha dejado de vibrar, quizás haya un componente de dependencia en tu relación.
Faltas de respeto
Cuando aceptas faltas de respeto por parte de tu pareja deberías plantearte si ese antiguo querer es ahora una situación de dependencia: menosprecios, insultos, silencios…No puedes permitirlo porque te estarías también faltando al respeto a ti mism@. Tienes que notar que puedes vivir sin esa persona a tu lado.
También podríamos incluir aquí las infidelidades, siempre y cuando sea algo incoherente con tu forma de pensar. Recuerda que no todas las parejas se rigen por los mismos valores y lo que es válido y coherente para unas puede no serlo para otras.
Miedo al… ¿fracaso?
A veces, lo que ocurre es que perdemos el miedo a ser uno mismo para mitigar el miedo al fracaso. Recuerda que, en el fondo, se trata de miedo al éxito. Si no te resignas a ser simplemente lo que los demás quieren que seas, serás capaz de afrentar y afrontar el miedo a tu éxito.
El poder del sexo
En ocasiones, una persona puede utilizar el sexo para retener a su lado a su pareja cuando percibe que existe un riesgo de que esa persona se aleje de su vida.
La verdad es que es muy triste, pero cada vez se ven a parejas más jóvenes con un alto grado de dependencia emocional. Puede que las edades en las que comienzan a “tontear” sea muy baja y todavía su personalidad no esté del todo formada cuando ven aparecer lo creen que es el “príncipe” o la “princesa” de sus sueños. Lo cierto es que la dependencia está instaurada en las relaciones de nuestros jóvenes de hoy en día.
La educación sexual viene entonces muy a cuento en este panorama. Para plantearnos qué tipo de relaciones queremos que proliferen en nuestra sociedad de hoy y de mañana. ¿Por qué, entonces, ciertos sectores no desean que esta información llegue hasta las aulas?
Muchas gracias por estar ahí, por acompañarme, por dar al “me gusta”, suscribirte al canal, por compartirlo con todas aquellas personas que pueda serles de utilidad y por recomendar nuestras formaciones.
Ya sabes que puedes encontrarme en rosamontana.com y en el correo rosa@rosamontana.com.
Ahora también en inviven.com, mi nuevo proyecto de desarrollo personal para cambiar el mundo a través de la formación de instructores de vivencias en positivo.
Hasta pronto.