TU PAREJA NO TE DEFRAUDÓ
Aunque no estoy segura al cien por cien, apostaría otro mes más de confinamiento a que tu pareja no te defraudó. Lo que pienso que pasó es que creaste expectativas acerca de él o ella que nunca llegaste a hacer explícitas hasta que fue demasiado tarde.
A toro pasado es fácil asumir que una relación rota no ha sido importante. Te dices cosas como: “no era tan importante”, “era cosa de críos”, “no éramos lo suficientemente maduros”…te justificas porque las cosas no salieron como imaginabas.
Durante el tiempo que duró (o está durando) tu relación, estás generando expectativas. Puedes verbalizarlas o no, pero están ahí. Incluso, cuando asumes que se trata tan sólo de un “rollete” estás aceptando que no vas a dar más por la relación que lo que la propia expectativa implica.
Cuando tenemos una relación de pareja, existen tres tipos de expectativas: las mías, las de mi pareja y las de los dos (las nuestras). No debemos pensar que somos una sola persona. No somos ni medias naranjas que se unen para formar una unidad ni nada parecido. Somos personas individuales: una naranja entera o cualquier otra fruta.
La pregunta que debes hacerte es si las expectativas que os habéis creado son coincidentes entre vosotros o no. Y, si hubiera expectativas no coincidentes, si has modificado tu actitud por miedo a perder la relación. Contéstate con total sinceridad.
Donde debes esforzarte cada día al máximo es en el ámbito de las expectativas que dependen de ti y sólo de ti. Trabajar en las expectativas que dependen de otras personas y circunstancias externas a ti, no tiene sentido. Son tantos los factores, que sólo pensar en ellos agota.
Cuando las expectativas no se cumplen por circunstancias externas, las que se encuentran fuera de tu ámbito de dependencia, no puedes sentirte frustad@ o fracasad@. El resultado no dependía de ti.
Te propongo el ejemplo de la compra de un piso de segunda mano. Si vas a echarle un vistazo y dices que te has enamorado del piso, lo más probable es que te hayas enamorado de las posibilidades que tiene y de la imagen que se forma en tu mente después de hacer las modificaciones que tienes pensadas.
En una relación de pareja, cuando estamos con una persona que lo está pasando mal, quizás no se trata tanto de cambiar a esa persona (como haríamos con el piso), sino de ofrecerle nuestro apoyo incondicional. Aceptando, o no, como es. Pero siempre respetando.
Mucho ojito con los fantasmas que aparecen: no son más que las creencias a nivel social y familiar que te han inculcado.
Haz sólo lo que te implica a ti. Si quieres a una persona, acéptala y respétala tal y como es. No trates de cambiarla como si se tratara de un piso de segunda mano.
Si te está sucediendo, habla con esa persona; no te lo guardes para ti. Dile lo que te desespera y no te gusta de él/ella, comentando que son tus expectativas y que no tienen que coincidir con las suyas. Si te lo guardas, se va a enquistar y se te va a llenar de rabia.
Por favor, no trates de meter tu llave en una cerradura que no encaja. Es más sencillo cambiar de llave o buscar otras cerraduras. Sin forzar. Porque la llave puede terminar por romperse.
Muchas gracias por estar ahí, por acompañarme, por dar al “me gusta”, suscribirte al canal, por compartirlo con todas aquellas personas que pueda serles de utilidad y por recomendar nuestras formaciones.
Ya sabes que puedes encontrarme en rosamontana.com y en el correo rosa@rosamontana.com.
Ahora también en inviven.com, mi nuevo proyecto de desarrollo personal para cambiar el mundo a través de la formación de instructores de vivencias en positivo.
Hasta pronto.