LO QUE SIEMPRE QUISISTE SABER 1X64

LO QUE EL PORNO ME ENSEÑÓ

El porno está hoy en día muy denostado. Y, en ocasiones sin razón. Como casi todo, bien utilizado, hasta puede resultar educativo y podría mejorar una relación de pareja. El porno sólo escandaliza a quien quiere ser escandalizado.

 

Si eres de los que se escandaliza, deberías reflexionar sobre lo que te produce esa alteración de tus nervios. En algunos casos, puede que el problema sea un conflicto con aquello que deseas pero no te das el permiso para hacer.

 

En muchas ocasiones, tus juicios sobre el porno no son tuyos sino que son lo que te han contado. Si te fijas bien, lo que estás viendo desde fuera no son más que dos cuerpos (en ocasiones, más de dos, lo admito) que juegan a amarse o a darse placer. O, más bien, hacen como que se aman. Pero es que tampoco se matan de verdad con los blasters en “Star Wars”.

 

¿Habrías podido ver alguna vez cómo hacer una felación (vamos, una mamada) si no fuera por el porno? Ni de coña. Porque, a pesar de que puedas tener una super amiga o amigo que te lo cuente todo, una imagen vale más que mil palabras.

 

El porno te deja la semilla de lo que se puede hacer y, luego, tú eliges de forma voluntaria el llevarlo a la realidad o no; y el cómo. Por eso, antes he afirmado que el porno puede ser educativo. Incluso te podría llegar a invitar a que lo veas con tus hijos para tener la oportunidad de explicar muchas cosas.

 

¡NO! No me he fumado nada. Decidir no ver porno por un tema de respeto y sí ver en el telediario cómo alguien le da una paliza a otro mientras se graba desde el móvil me parece una incongruencia.

 

Te quiero traer hoy cinco claves para que el porno mejora tu relación de pareja:

 

  • Aumentan tus fantasías. Y no sólo las tuyas, sino también las de tu pareja y las vuestras (que no tienen por qué ser ni parecidas). Esas imágenes van a proyectarse sobre el lienzo de tu cerebro hasta convertirse en fantasías.

 

  • Permite que habléis y trabajéis vuestros deseos. Hablando claramente de lo que deseas que te hagan, del cómo y del cuándo. Te resultará más fácil verbalizar tus deseos.

 

  • Aprendes que no todo es de película en tu relación. No estáis “obligados” a aguantar treinta minutos como en el porno ni las cosas tienen la longitud ni la tersura que se ve en pantalla. Recuerda que tampoco somos capaces de volar si nos ponemos una capa roja.

 

  • Aceptas la diversidad. Hay tantas opciones como públicos…o más. Lo que te gusta a ti no tiene que gustarme a mí. Y viceversa. Tu mente acepta posibilidades que no se había planteado hasta entonces. Y, como ejemplo de lo que te hablo, te recomiendo que eches un vistazo a “Yes, we fuck”: una magnífica sesión de apertura de mente erótica. 

 

  • Rompes la rutina y te das permiso para vivir ciertas situaciones que en la vida real nunca llevarías a cabo. De una forma subrogada (“como si…”).

 

Debemos reconocer que el porno no es un programa de repostería: no que te quedas para ver el final ni los títulos de crédito.
 Lo usas para incitarte a jugar tu propio partido.

 

Puedo estar de acuerdo contigo en que hay muchas cosas que se pueden mejorar en el porno pero, ¿por qué quedarse en la queja y en la búsqueda de culpables? Yo te ofrezco una alternativa: escribe tus fantasías y mándaselas a algún guionista para que se plasmen algún día en pantalla.

 

Poco a poco, la industria del porno también está cambiando y se hace más plural (incluso más “femenino” diría yo). Pero queda mucho camino por andar hasta que consiga dar más visibilidad a otro tipo de públicos. Pero, ¿quién sabe? Quizá algún día seremos capaces de reconocer, sin ponernos una venda en los ojos, que también vemos porno.


Y, si nunca has visto nada de porno, tienes deberes para hoy. Decide si a solas o acompañad@. Toca ponerse las pilas y aprender.

Muchas gracias por estar ahí, por acompañarme, por dar al “me gusta”, suscribirte al canal, por compartirlo con todas aquellas personas que pueda serles de utilidad y por recomendar nuestras formaciones.

Ya sabes que puedes encontrarme en rosamontana.com y en el correo rosa@rosamontana.com.

También en inviven.com, mi nuevo proyecto de desarrollo personal para cambiar el mundo a través de la formación de instructores de vivencias en positivo.

 

Y no te olvides de pasarte por la Academia Rosa Montaña: un portal de formación online en el que encontrarás lo que necesitas para seguir evolucionando hasta tu mejor versión en el ámbito del desarrollo personal y de pareja. Regístrate y aprovecha las ofertas limitadas que encontrarás.

Hasta pronto.

 

Si te ha gustado, comparte ;-)

Esto también te puede interesar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

“En pareja hay que invertir una hora al día, una tarde a la semana y un fin de semana al mes para seguir creciendo y no separarse"

- Rosa Montaña

Recibe GRATIS mi Ebook

10 Claves Para No Tener Celos