ERES CELOSO O NO LO ERES, ESA ES LA CUESTIÓN
Hace unos dos meses, cuando aún se oían conversaciones en el autobús, presencié una amena charla entre dos amigas. Yo las calculaba una edad entre 18 y 25 años. En dicha conversación dialogaban sobre los celos y debatían si una mínima cantidad de celos podría contribuir a mejorar una relación de pareja. Como si se pudieran comprar los celos por cuartos de kilo…
Los celos no dejan de ser un tipo de creencias que se encuentra muy arraigada en nuestra cultura. Por eso es tan difícil deshacerse de ellos, porque están en nuestra raíz desde generaciones.
Voy a darte dos titulares acerca de lo que no son los celos:
Nunca son una muestra de amor.
Nadie te quiere un poco más porque muestre celos.
Todo lo contrario, los celos son siempre una muestra de desconfianza, de posesión y de que la relación hace aguas.
¿Qué son los celos?
Son una emoción subjetiva, temporal y circunstancial de creer que podemos perder a quien amamos al ser sustituidos por una tercera persona.
Los celos llevan implícito un error conceptual muy grave: nadie es posesión de nadie; y son el resultado de una comparación en la que sales perdiendo, con lo que tu autoestima se resiente.
Te quiero poner un ejemplo muy personal.
Mi marido y yo llevamos 23 años juntos. Y sólo he sentido una vez celos. Puedo asegúrate que fue una emoción que no me gustó nada, me hizo sentir vulnerable y muy pequeñita.
Cuando llevábamos un año y medio juntos, surgió la posibilidad de conocer a sus amigos de Madrid, con quien pasaba muchos veranos de campamentos y convivencias. En los meses previos yo me encontraba nerviosa a la vez que emocionada. No sólo conocería a sus amigos, sino que entre ellos estaba la mujer a quien había dedicado tantos poemas antes que a mí.
Yo estaba segura de él y de lo que sentía hacia mí pero, al llegar a Madrid la cosa cambió: empecé a no tener seguridad en mí. Y empecé a compararme ante una frase que escuché de alguien que le conocía y que decía: “No puedo entender cómo puede estar con ella si está mucho más gorda”.
Te puedo asegurar que la frase me cayó como un cubo de agua fría. Porque me hizo comparar una realidad que era obvia: la otra chica era muy delgada. Y yo no. Y los miedos me alcanzaron en plena línea de flotación.
Fueron dos días que no se les deseo a nadie. Hasta que finalmente pensé: “Perfecto, que cuando venga decida. Yo soy diferente a ella en todos los sentidos: emocional, física, psicológicamente… que decida y no pasa nada. Si no, ya encontraré a alguien a quien le guste tal y como soy”.
Y respiré aliviada. Ni que decir tiene que, viendo cómo me miraba cuando me encontré con él a la salida del metro me quitó cualquier indicio de duda existente. Debido a la sensación de seguridad en mí misma que volvía a sentir a su lado.
¿Por qué te estoy contando todo esto? Porque quiero que sepas que aumentando tu autoconfianza y aprendiendo a quererte y no compararte, los celos se evaporan por arte de magia.
Se pueden sentir celos:
Porque tu pareja tiene muchas conversaciones y cuenta más sus miedos a otra persona que a ti.
Porque veas cómo fluye una conversación de tu pareja con alguien de su entorno y que tú sientas que no entiendes nada y te sientes muy pequeñ@.
Puede aparecer siempre que nos comparamos y salimos perdiendo.
Puedes argumentarme que sólo sientes celos cuando te dan motivos. El problema no son los motivos que te da sino tu inseguridad cuando miras a la realidad con tus ojos. Y una inseguridad sólo se supera si se acepta y se afronta. Nunca si te escondes detrás de ella.
Los celos siempre van a ser sufridos por dos partes:
La persona celosa porque lo vive como un peligro inminente de perder a quien quiere, debido a su inseguridad y falta de autoconfianza.
La persona que es celosada. Porque lo vive como desconfianza hacia él/ella mism@. Además, si percibe que su pareja está sufriendo, va a tratar de esconder aquello que le está generando ese sufrimiento, con lo que empeorará involuntariamente la situación.
Quiero darte dos consejos finales:
Uno: si sufres porque tienes unos celos que no puedes controlar, plantéate comenzar a quererte tú primero y a trabajar tu autoestima.
Dos: si sufres por los celos de tu pareja, no escondas nunca nada. No vas a poder evitar sus celos ya que son causa de su inseguridad y sólo esa persona podrá gestionarlos desde su interior.
Tengo más consejos sobre celos que encontrarás en un documento “pdf” que puedes descargarte desde mi web www.rosamontana.com.
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