SIEMPRE, SIEMPRE, EN HORIZONTAL

En alguna ocasión habrás oído hablar de relaciones verticales y horizontales. Y no, no me estoy refiriendo a la posición sobre la cama sino al tipo de dependencia que puede existir dentro de una relación de pareja.
PAREJA EN VERTICAL
En una relación vertical existe una dependencia de una parte que se sitúa por debajo de la otra. Por el contrario, en las relaciones horizontales hay una co-responsabilidad sin que ningún miembro de la pareja se sitúe por encima del otro.
Puede ser que el motivo por el que se genere una relación vertical simplemente tenga que ver con un proceso de admiración excesiva de uno de los componentes de la pareja hacia el otro.
Tenemos a nuestra pareja en un altar con las expectativas por las nubes sin darnos casi cuenta de que nos estamos situando en una posición de inferioridad poco a poco.
EXPECTATIVAS Y OTROS MALES
Uno de los problemas que existen cuando las expectativas creadas con respecto a tu pareja son elevadas, es que no se cumplan como esperas y se te caiga del altar donde lo colocaste.
En otras ocasiones no se trata de elevarlo a un altar sino de entregarnos en cuerpo y alma a su cuidado.
Nadie quiere que su pareja se comporte como un padre o una madre; tampoco como un hijo.
Este tipo de posicionamientos verticales limita mucho la toma de decisiones autónomas de uno de los miembros de la pareja.
PELIGROS DE LA VERTICALIDAD
Una situación de superioridad puede desembocar fácilmente en una tiranía que nadie quiere dentro de su relación de pareja.
Ya sabes que de la tiranía al chantaje emocional y al maltrato sólo hay un pequeño trecho.
Una de las peores formas de dependencia que se puede dar dentro de una pareja es la económica. La diferencia en la cantidad de ingresos que cada miembro aporta puede provocar sentimientos de inferioridad en muchas ocasiones.
En estos casos dejamos de valorar otras aportaciones valiosas que no se realizan en forma de salario o de dinero en efectivo pero que resultan clave para la buena marcha de la relación.
Todo lo simplificamos a un número.
PRIMERO LO PRIMERO
La imposibilidad para permitirse una serie de gastos mínimos de manutención puede provocar un sentimiento de minusvalía muy pronunciado.
La única manera de superar este tipo de situaciones pasa por incrementar el nivel de autoestima de la persona que se siente en inferioridad.
Sólo un buen trabajo personal va a procurar el cambio necesario para afrontar y descubrir posibilidades de incrementar la economía personal. De otra manera va a resultar imposible.
Para fomentar las relaciones de pareja horizontales debemos asumir que es necesaria una co-educación y evitar caer en victimismos vacíos e inútiles.
Recuerda siempre que nadie es menos que nadie.
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