Fóllame el cerebro y mojaré las bragas...

 

¿Quién te folla el cerebro? 

 

No me vengas contando que eso sólo pertenece a tu intimidad. 

 

La mayoría de la gente no ha asumido aún que el cerebro es un órgano para exhibirlo y que puedes explayarte. 

 

Me interesa todo lo que tiene que ver con el sexo. Pero no sólo el sexo que te contaron… eso termina resultando aburrido. 

 

Quiero literalmente ser esa persona que te abra los ojos, las orejas y, ¿porqué no?, las piernas; dentro y fuera de la cama.

 

Al final quiero follarte el cerebro con un único objetivo: que te COMPRES a ti. 

 

Que te compres como la mejor madre del mundo, la mejor pareja o el emprendedor más disruptivo del mercado; la persona que siempre soñaste, incluso con tus bajones.

 

Si tú te compras, compras quien eres y en quién te quieres convertir, será sencillo que vendas a los demás:  tu apuesta por ti, tu confianza, todo lo que quieras. 

 

No es manipulación, es influencia. Continuamente estás vendiéndote. 

 

Te vendes para conseguir un polvo con tu pareja, te vendes para conseguir tu cliente ideal, te vendes para conseguir el tiempo soñado… te vendes. Y si no, tienes que aprender. 

 

Por cierto, aún no te voy a pedir un céntimo. Y digo aún, porque me encantará venderte y que te compres. 

 

Suelo creer que tú te comprarás más de lo que te venderé yo. Eso sí, meterás tu dinero en mi bolsillo. 

 

“¿Y qué me venderás Rosa?” 

 

TODO. 

 

Todo lo que tenga que ver contigo. En resumen: mentalidad, sexo, negocios y venta. 

 

Que si te das cuenta, todo va muy, muy relacionado. 

 

Y lo haré a través de mi email. Tú decides si quieres o no recibirlo, si quieres que te folle o no la cabeza, y si quieres luego follarte la vida y no sobrevivir entre los escombros. 

 

Al final consiste en estar vivo o ser un muerto viviente. 

 

Esto es lo que hay. Sé que no soy para todos, ni lo pretendo. 

 

Mi vocabulario no es para todos, mi sincericidio tampoco.

 

Sin embargo, si resuena contigo lo que hablo o cómo lo hablo, te espero en mi newsletter para que nos “desnudemos” juntos.

Si tienes dudas te preguntaría: ¿y quién no? 

 

¿Quién no tiene dudas acerca de si conseguirá una vida mejor? 

 

¿Quién no tiene dudas acerca de saber si lo que tiene ahora mismo es lo que se merece o tan sólo lo que se ha resignado a tener? 

 

La duda pone la gracia en el juego de la vida. Y yo quiero jugar a hacerte preguntas y que tú busques las respuestas. 

 

Así que sí, si tienes dudas, miedos, o tensión por saber qué te diré y cómo te lo diré, sólo vas a poder resolverlas entrando dentro.