UN VIRUS COMPLICADO DE TRATAR: LA INVISIBILIDAD EN LA RELACIÓN DE PAREJA
El miedo es un sentimiento muy sencillo de estimular. Y si no, mira todo lo que se ha montado con el ya famoso coronavirus.
Hoy quiero hablarte de un virus muy distinto. Uno que cada vez es más contagioso y que afecta a las relaciones de pareja: el virus de la invisibilidad.
Se trata de una percepción subjetiva, por parte de uno de los miembros de la pareja, de que no se mantienen los encuentros eróticos deseados. Sin saber encontrar la causa, tienen la sensación de que sus parejas se les acercan cada vez menos.
Hay distintos grados de afectación por este virus. En los más graves podemos encontrar parejas que no tienen relaciones eróticas desde hace años.
Cuando el virus ataca a una pareja se empieza por poner excusas que parecen razonables: el estrés, los niños, enfermedades en el ámbito familiar, etc.
En una siguiente fase, las propuestas realizadas por uno de las miembros de la pareja (caricias, besos, etc.) no encuentran ningún tipo de respuesta. Con lo que puede empezar la ralladura de las cabezas y las odiosas comparaciones.
Una vez que la persona proponente comprueba que sus ofertas son rechazadas con una frecuencia y en una proporción superior a la media de las parejas de su entorno, su autoestima cae en picado por una sensación de rechazo y/o por la sombra de la duda de una infidelidad.
Yo suelo decir que una pareja sin sexo no es una pareja; son compañeros de piso que comparten una hipoteca hasta que dejan de serlo.
El sexo es lo que marca la diferencia con el resto de relaciones que establecemos con otras personas: amigos, familiares, conocidos…
En ocasiones esta situación obedece a un castigo. Seguro que conocéis a alguien que, cuando se ha enfadado con su pareja, le ha cerrado el acceso erótico. Se trata de un error, pero frecuente.
En la siguiente fase, cuando estas personas notan que puede estar fallando la atracción, intentan mejorar su físico y actúan con un poco más de agresividad a la hora de insinuarse.
Esto puede provocar que se llegue a confundir estas actitudes más “proactivas” en el ámbito sexual con una verdadera obsesión.
No se trata de obsesiones. Las relaciones sexuales te permiten un contacto social, una vinculación y una comunicación especial con tu pareja. Motiva la secreción de ciertos neurotransmisores y hormonas que hacen que tu cuerpo se sienta mejor y más relajado.
Otro aspecto interesante a valorar está en que las decisiones a la hora de mantener o no relaciones sexuales son muy personales y nadie tendría que decidir por la otra persona. Aquí no valdría lo del perro del hortelano.
Si decides no tener relaciones eróticas con tu pareja (se tendrá que respetar esta opción aunque no se comparta), deberás aceptar la forma en que decida tu pareja vivir su erotismo (en solitario o con otra pareja si así lo decide).
Lo más importante, para salir de una situación de invisibilidad como la que hemos comentado, es que sepas qué es lo que quieres hacer visible. Y, antes de dar ningún paso, que fomentes la comunicación con tu pareja para tratar de averiguar qué puede estar sucediendo.
Si ambos estáis por la labor de solucionar esta dificultad, os recomiendo que busques a un terapeuta que os ayude a encontrar la solución. Te dejo un enlace a mi página donde te explico mis servicios y cómo contactarme: Rosa Montaña (https://www.rosamontana.com/mrm/)
Pero no asumas tu invisibilidad sin más cuando puedes tener la solución al alcance de tu mano.
Muchas gracias por estar ahí, por acompañarme, por dar al “me gusta”, suscribirte al canal, por compartirlo con todas aquellas personas que pueda serles de utilidad y por recomendar nuestras formaciones.
Ya sabes que puedes encontrarme en rosamontana.com y en el correo rosa@rosamontana.com.
Ahora también en inviven.com, mi nuevo proyecto de desarrollo personal para cambiar el mundo a través de la formación de instructores de vivencias en positivo.
Hasta pronto.