Ya está bien de repetir el cuento. De transmitir de generación en generación la trola de que es “obligatorio” tener una relación de pareja.

MALDITO CUENTO

Se nos cuenta que si no conseguimos tener una pareja somos un fracaso; y que,si la conseguimos pero las cosas no terminan resultando, es todavía peor: fracaso sobre fracaso.

Lo que sí es necesario es el amor. No el romántico. AMOR con mayúsculas: entornos de seguridad que nos permita, no sólo querernos y amarnos a nosotros mismos, sino tener ese tipo de relación con los demás.

Tenemos la creencia tan inculcada en nuestro interior que esta obligatoriedad se está extendiendo hasta por la población más joven y ya se empiezan a oír voces que discriminan a chicos de 12 o 13 años por no tener pareja, infiriendo erróneamente que, si no la tienen, algo malo les debe de ocurrir. Cuando es lo más normal del mundo a esas edades.

La frustración y la sensación de fracaso que muchos jóvenes están sintiendo por culpa de los cuentos que nos hemos tragado está haciendo mucha mella en su autoestima y en la personalidad que están forjando.

Medir el éxito en la vida por el número de parejas es del todo absurdo pero ha calado hasta en nuestro lenguaje. Y, si no, piensa por un momento a quién se le consideraba que era un chico o una chica de “éxito” en el instituto.

PRESIÓN SOCIAL

Esa necesidad de amor romántico es una ilusión, un espejismo que nos hace perdernos en el desierto. No tener pareja no implica tener menos éxito en el resto de tus ámbitos personales o profesionales. 

Además está generando una presión social muy elevada que está empujando a muchos jóvenes a obtener cualquier relación, la que sea y sea como sea, para cubrir las expectativas de los demás. Y claro, esas relaciones suelen salir rana.

Hoy en día existen demasiadas relaciones de pareja en la que sus integrantes no están preparados y que incluso no les apetece tener en el fondo. Todas estas relaciones se rompen enseguida.

PAREJA POR DESEO, NO POR OBLIGACIÓN

Todavía, entre adultos, se sigue teniendo la idea de que una persona sin pareja es una rareza y se mira a esas personas como si tuvieran algún tipo de tara.

Nadie es menos por no tener pareja. Una relación de pareja debe ser algo querido que te aporte; no una imposición que te reste.

Es cierto que cuando una expectativa no se cumple se genera un dolor. Pero eso no implica que debamos sentirnos inferiores.

Tú eres quien aporta valor a tu vida. Ninguna persona debería ser la fuente de tu valor porque esa relación se convertiría en una auténtica dependencia. Una pareja puede ejercer sinergias contigo pero eres tú quien aporta el valor principal a tu vida.

No necesitas una relación de pareja. Puedes quererla y buscar a la persona adecuada pero no la necesitas para seguir viviendo.

Que nunca se te olvide.