DROGODEPENDENCIA DE TI Y DE TUS BESOS

¿Alguna vez te ha pasado que no has podido evitar estar con una pareja que, a pesar de que estuviera haciendo mucho daño, era como que tuvieras una adicción a una droga y no te podías separar de su lado, como si fueras una calcomanía o un tatuaje?
Yo lo viví en la adolescencia y fue algo traumático. Llegué a realizar varias locuras y a rebajarme pensando que era lo único que necesitaba para sentirme feliz.
Simplificándolo un poco, podríamos decir que estaba dispuesta a cambiar toda mi vida por uno de sus besos.
BESOS Y OTRAS DROGAS
Esto le pasa a mucha gente también. Y no sólo se queda en la dependencia de un beso, sino que van más allá e hipotecan su vida y sus sueños por seguir al lado de esa persona que creen imprescindible para que sus corazones sigan latiendo.
Y ocurre que, cuando esas personas les hacen caso, es como si te inyectaras droga directamente en vena: hay un aumento de los niveles de endorfinas y de otros neurotransmisores que generan una sensación de placer y felicidad.
Sin embargo, en cuanto la atención decae un poco, la resaca y el “mono” atacan con fuerza y nada parece merecer la pena de seguir viviendo.
Ninguna persona debería de provocarnos una situación de dependencia parecida, por muy maravillosa y buena que sea esa persona.
ESO NO ES AMOR
Si te sorprendes pensando, o incluso diciendo, algo así como: “sin él/ella no puedo seguir viviendo”, significa que no es amor, es droga. Así de simple.
Y cuando un@ está enganchado a la droga, se acostumbra a hacer cualquier cosa para conseguir algo de “suministro”.
¿Qué pasa si tu traficante del amor decide cerrar el grifo?
Pues que enloqueces al sentir que nada de lo que vives merece la pena. Te has creído tantas mentiras por el camino que, ahora, la realidad te parece una fantasía de pesadilla.
La droga te hacía alucinar de tal manera, que por más que todas las personas a tu alrededor te aseguren lo contrario, piensas que es real.
DE LA DROGA SE SALE
Para desengancharse de esta droga es necesario separarse de la persona que la genera…no sólo temporalmente, sino para siempre.
Porque, si te vuelves a acercar, vas a recaer irremediablemente.
¿Cómo saber si una persona se ha convertido en tu droga?
Cuando la necesitas hasta el punto que decides que eres incapaz de vivir si estar a su lado y que, de no ser así, vas a morirte.
Nadie se muere, esa es la verdad.
Me lo puedo pasar muy bien contigo, puedo compartir muchas cosas de mi vida contigo, podemos tener expectativas coherentes, pero eso no significa que necesite estar a tu lado para seguir viviendo.
Si para tener que pasar un buen día a su lado, tengo que sufrir el resto de la semana, eso no es amor; eso es una droga.
Recuerda: di “no” a la droga. Y, si piensas que no eres capaz de salir de ella, siempre puedes pedir ayuda.
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