Por mucho que quieras y que te empeñas, no vas a conseguir que una gallina vuele. Como mucho, puede que den un salto muy alto y muy largo. Pero volar, lo que se dice volar, no lo hacen.

ILUSIONES EN PAREJA

Puede que algo parecido estés pretendiendo con tu relación de pareja: algo que no es posible. 

En ocasiones visualizamos en nuestra mente, con todo lujo de detalles, cómo querríamos que fuera nuestra relación de pareja o cómo querríamos que cambiara nuestra pareja, de forma que se adapte mejor a nosotros.

Piensa por un momento el motivo que te llevó a elegir a la persona que es tu pareja. Si lo que querías era un águila para volar alto, ¿por qué elegiste una gallina?

Esto no quiere decir que no puedas sugerirle a tu pareja cómo te gustaría que mostrara su deseo hacia ti en un momento dado.

LADRILLO A LADRILLO

Me gustaría invitarte a que reflexiones sobre tus elecciones de pareja y cómo las has llevado a cabo en el pasado.

Quizás el problema resida en que enseguida tiramos la casa por la ventana y nos imaginamos construyendo un edificio entero cuando tan sólo se nos ha dado un ladrillo.

Puede que sea el primer ladrillo de muchos y que terminemos por edificar lo que deseamos, pero vayamos poco a poco, ladrillo a ladrillo.

AFECTO EVITATIVO

Hay mucha gente que, por miedo a no cumplir las expectativas ajenas y terminar por romper ilusiones, evita cualquier posibilidad que suponga una mínima esperanza.

Se empieza por evitar una situación y se termina por desarrollar un vínculo evitativo que se hace extensivo a cualquier ámbito de la vida. ¡Mucho ojo!

Y es que no deja de ser un marrón saber que uno es una gallina y que la persona que tengo enfrente quiere un águila aunque se fije en mí. Fingir ser un águila todo el rato resulta agotador.

Plantéate si tu pareja es lo que estabas buscando o si la vas a aceptar según es, sin pedirle que finja ser lo que no es.

Y si te has confundido, no pasa nada. Se habla con ella y se le explica que las expectativas son divergentes.

Es la manera de dejar de hacerse daño de una manera tan gratuita como inevitable.