QUIEN ESPERA Y ESPERA, DESESPERA

En el ámbito de las relaciones sexuales, podemos decir que, quien espera demasiado, termina desesperándose.

Yo no tengo nada de paciencia, lo reconozco.

 

¿PARA QUÉ ESPERAR?

 

En el ámbito de las relaciones de pareja, y también en el de las relaciones sexuales, podemos decir que, quien espera demasiado, termina desesperándose.

 

¿Cuánto se debe esperar, cuando deseas tener un encuentro erótico con una persona, antes de pedírselo?

 

¿Debemos esperar a que esa persona le apetezca y se active su deseo antes de que el nivel del nuestro disminuya?

 

¿Para qué esperar?

 

NO ES CUESTIÓN DE SEXO

 

En estas cuestiones arrastramos una asimetría histórica. Todavía sobreviven algunas reminiscencias del pasado que saturan los oídos femeninos con creencias como: “no tienes que pedir, tienes que esperar a que él te pida”.

 

Una persona no debe asumir el rol de solicitar o de ser solicitado sólo por su sexo. Tanto los hombres como las mujeres tienen el mismo derecho a desear y a ser deseados.

 

Por eso, si te apetece algo y lo deseas, lo que tienes que hacer es atreverte…y no desesperar de tanto esperar.

 

Por mucho que te conozca tu pareja (o tu amante, llámalo “X”), es muy difícil que tenga el superpoder de leer tu mente y adivinar lo que te apetece.

 

¿No sería mejor que le hablaras y le expresaras tus deseos? Te ahorrarías mucho tiempo y frustraciones.

 

ESPERAR ¿A QUÉ?

 

No necesitamos que nadie nos dé el permiso para pedir lo que nos apetece. Sólo hay que atreverse y saber asumir y aceptar que a la otra persona no le pueda apetecer. Saber cómo identificar el tipo de “no” que podemos recibir y gestionarlo de la mejor manera.

 

Nadie consigue mantener un estado de espera perenne sin terminar por desesperar. Y hay cosas que no cambian con el tiempo; hay cosas que, para que cambien, hay que pasar a la acción.

 

Porque el tiempo es finito y nadie sabe cuánto nos queda en realidad. Y puede ser que estemos esperando algo que no vaya a ocurrir mientras nosotros sigamos sobre la faz de la Tierra.

 

Y, al menos por el momento, no dispones de una máquina de tiempo para volver atrás y cambiar las cosas que no te atreviste a pedir o hacer.

 

Ya te comenté algo sobre esto en otro episodio del podcast, así que te dejo el enlace por si quieres volver a escucharlo: LQSQS 036. Polvo no echado, polvo perdido.

 

No desesperes y atrévete, sin miedos ni expectativas, a vivir y a disfrutar de lo que la vida te ofrece.

 
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