DAME UN RESPIRO: MI PENE NECESITA DESCANSAR

Hoy vamos a hablar de algo de lo que no se suele hablar; algo de lo que nos cuesta hablar incluso con nuestro médico: la obligación de tener siempre el “listón en alto”.
Por eso hoy te voy a hablar del periodo refractario, que aunque sea algo que se puede dar en ambos sexos,es más evidente en los chicos que en las chicas.
¿QUÉ PASA DURANTE EL PERIODO REFRACTARIO?
Digamos que, por ejemplo, un chico se excita y su pene entra en erección. En un determinado momento, dicha erección va a ser máxima.
En ese momento puede suceder que tenga un un orgasmo. Es decir, una sensación máxima de placer. Habitualmente, aunque no siempre, coincide con el eyaculado o emisión de semen a través de su uretra.
Después del orgasmo, los chicos suelen perder parte de la erección. Algunos un poquito antes y otros un poquito más tarde. Ese es el período refractario o de recuperación.
Durante ese tiempo el pene no va a poder volver a la erección por más estímulo que se aplique.
El pene necesita su tiempo y no es como una manivela que manipulas y se vuelve a activar. No. Cada chico va a necesitar su tiempo y su espacio para que vuelva a tener una erección.
En general, con la edad, el período refractario se alarga. A veces, si se está tomando ciertos fármacos como antidepresivos o benzodiacepinas, el periodo se alarga aún más.
LOS PROBLEMAS “CRECEN”
El problema puede surgir porque la pareja de ese chico que acaba de tener un orgasmo crea erróneamente que, si al estimular el pene de nuevo, éste no entra en erección, significa que ya no está excitando a su pareja como debería. Y empiezan las comeduras de tarro.
Hasta el punto que muchos chicos pueden vivirlo con muchísima presión. Puede ser que, cometiendo un error garrafal, le hayamos contado a nuestra pareja lo que hacíamos anteriormente en la cama con otras personas.
Como te digo, esto es un grave error (lo que pasa en la cama no se cuenta nunca). Si quieres saber más, te dejo un enlace al episodio en que ya te hablé sobre ello: LQSQS 1×73. No me cuentes cómo te follabas a tu «ex».
Pero imagínate que le has comentado en alguna ocasión que habías llegado a hacerlo hasta 15 veces en una noche.
Primero, quizás lo de las 15 veces no sea verdad, sea una exageración o una deformación de la realidad como solemos hacer al recordar.
De cualquier manera, si tengo ese “record mundial” en la cabeza y mi periodo refaractario es largo y necesito para recuperarme seis horas o más, lo único que voy a sentir es que no doy la talla.
Puede que llegue a pensar que, como la otra pareja le daba cinco orgasmos y yo sólo le doy uno, soy menos que el otro.
MI ORGASMO ES MI RESPONSABILIDAD
Es un buen momento para recordar que el orgasmo reside en el cerebro y que se puede llegar a él por mil caminos distintos; uno de ello es la penetración vaginal.
El orgasmo es una descarga neuronal que sobreviene en el momento de excitación máxima. Dicha descarga neuronal se puede precipitar por diferentes estímulos. Muchas veces ese estímulo es táctil y, en ese sentido, haya zonas más sensibles que otras en el cuerpo humano. Los genitales suelen ser zonas de alta sensibilidad pero no son las únicas.
Con lo que, como el periodo refractario sólo afecta al nivel de erección del pene, quedan otros novecientos noventa y nueve caminos más libres para llegar hasta el orgasmo.
Pero aún hay otro error en el razonamiento anterior. Y es que los orgasmos no se dan ni se regalan. Los orgasmos se tienen. Puede que tu pareja participe en el proceso pero es eso: una colaboración. La responsabilidad del orgasmo es de cada uno y cada una.
Cuando una persona dice que “da orgasmos” sólo está hablando de su necesidad de que le den una palmadita en la espalda que le haga creer que es un campeón.
ORGASMO SIN EYACULADO
En la calle se tiene la sensación de que el orgasmo va unido siempre al eyaculado, pero esto no es así.
Se pueden tener orgasmos sin eyacular. es decir, sentir una sensación de placer máximo sin que se acompañe de la emisión de semen por la uretra.
Aunque es posible acortar el periodo refractario con el uso de fármacos, en mi opinión no es una práctica aconsejable. En el fondo no es más que usar una máscara para engañar a tu pareja.
En mi opinión, es mejor poder hablar con tu pareja sobre el tema y proponeros hacer otras prácticas eróticas que no impliquen que el pene esté en erección. Incluso se puede hacer una penetración con el pene “blandito”. Las posibilidades son infinitas gracias a la riqueza de nuestra erótica. Aprovechémoslo, pues. ¡Imaginación al poder!
EN FEMENINO
Como te decía al principio, el periodo de refracción no es algo exclusivo del sexo masculino. A nosotras también nos pasa. Después de un orgasmo, con o sin eyaculado (las mujeres también pueden eyacular aunque hablaremos de ello otro día), puede ser que también necesites descansar.
En esto existe también mucha variabilidad: chicas que puedan tener varias relaciones en una misma noche y otras que tengan solo una y se acabó.
No te compares absolutamente con nadie y pon la diversidad erótica a favor de tu disfrute.
REHABILITACIÓN
Se puede conseguir acortar el periodo refractario sin ayuda farmacológica a través de técnicas de rehabilitación peneal o clitoriana.
Consiste en ejercicios para mejorar la forma de masturbarnos.
Por ejemplo, un ejercicio consistiría en detener la masturbación durante 30 segundos cuando percibamos que vamos a llegar al orgasmo y/o eyacular. El proceso se repite varias veces y puede terminar con eyaculación o no.
NOTA: es aconsejable que se eyacule para evitar la congestión pélvica.
Así que, por favor, no te agobies en absoluto por creer que otros daban la talla y tú no, sois diferentes. No hay comparativa. Se llama período refractario y tú también necesitas recuperar.
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