QUÉ DOLOR CUANDO ME LA METE

Quiero que hoy te quede una cosa muy, muy clara: nunca, nunca, nunca tiene que doler una penetración. 

 

Y si duele, hay algo que no se está haciendo bien. 

 

No es el mismo problema que no te entre que te duela. Son dos conceptos distintos. Cuando no te entra se denomina “vaginismo”. El vaginismo puede ser parcial o completo; generalizado o situacional. 

 

DISPAREUNIA: PENETRACIÓN QUE DUELE

 

Otra cosa muy diferente es cuando la penetración duele: a esa situación se la denomina “dispareunia”. Ese dolor puede tener características orgánicas y/o psicológicas. 

 

Las causas orgánicas de la dispareunia se descartan fácil ya que con una visita al ginecólogo se hace: una exploración y/o una ecografía puede detectar algún tipo de pólipo, malformación o cicatrización incorrecta que está provocando el dolor. Por ejemplo, una episiotomía durante el parto puede generar una cicatrización que genere dolor a la penetración posterior.

 

Pero la mayor parte de las veces, la dispareunia se debe a causas psicológicas y éstas son más numerosas y variadas. Puede ser que hayas tenido una educación sexual muy restrictiva. Por ejemplo, puede que tu madre te dijera siempre “ten cuidado, que no se aprovechen de ti, como te quedes embarazada te echo de casa, etc…”.

 

LA PRIMERA VEZ 

 

Todos eso miedos que se te han colado desde que eras muy pequeñita, brotan cuando vas a tener una primera relación. Y el miedo impide que aparezca el amor por lo que, no sólo se cierra la vagina, sino que se cierra el cerebro.

 

Y, si se consigue la penetración, como no es algo que ocurra de forma voluntaria, provocará dispareunia. Si alguna vez te dijeron que te tiene que doler, que sepas que es mentira. La primera vez tampoco tendría que doler. 

 

Pero claro, si nos precipitamos a ese primer encuentro con penetración por miedo a que nuestra pareja piense que no damos la talla y no estamos preparadas, la pared de la vagina no se va a distender como debería, y provocará un daño.

 

MI CUERPO

 

Otra causa de dispareunia puede ser la falta de conocimiento del propio cuerpo. Hay mujeres que no conocen su vagina o cómo son sus orgasmos. Y no consiste en que la pareja de esa mujer tenga esos conocimientos y sepa cómo “darle placer”. Ese concepto es absoleto y debería de ser erradicado de la faz de la tierra.

 

Mientras estamos en pareja podemos soñar y fantasear cuando el objetivo es disfrutar los dos, no que uno se lo pase de puta madre mientras la otra parte sufre su dispareunia en silencio. 

 

Y ese dolor contenido, a base de su repetición, es muy fácil que se enquiste y se cronifique. Basta con aguantar las lágrimas, morder la almohada y hacer como que no pasa nada.

 

Sin embargo esta situación tampoco es positiva ni agradable para la otra parte de la pareja. Puede que lo único que esté sintiendo es que está con una muñeca hinchable y no está disfrutando nada.

 

EXPECTATIVAS 

 

Una buena práctica sería que las dos partes de la pareja se sienten a hablar sobre sus expectativas. Seguramente que ninguno desea que la otra parte tenga dolor. Y si no es así, es el momento de plantaerse mandarlo a tomar por culo: está claro que no le interesas nada y sólo quiere una vagina. 

 

La expectativa de mantener relaciones con penetración cuando conocemos a alguien no tiene por qué ser compartida por las dos partes y siempre deberías tener la libertad de decir que no. Y, si no es así, los mismo: a tomar por culo. 

 

La única protagonista en las decisiones sobre tu cuerpo, eres sólo TÚ, nadie más.

 

No deberíamos hacer nada que no deseamos o para lo que no nos sentimos preparadas por el mero hecho de agradar a la otra persona. 

 

EXISTE SOLUCIÓN

 

La dispareunia es un problema que puede mejorar de forma sencilla si se trabaja bien. Pero hay que hacerlo bien. Así que, si estás en una situación similar, te recomiendo que te pongas en manos de una especialista: una sexóloga, mejor si es experta en terapia de pareja.

 

Hay que dar pasos de forma progresiva para vencer las creencias limitantes, para que te conozcas primero tú y  luego puedas trabajarlo con tu pareja.

 

No se trata de llegar rápido a la meta, sino de ir paso a paso. No tengas vergüenza por algo que no estás controlando y pide ayuda.

 

Existe un prototipo de mujer en la que la dispareunia es más frecuente: suelen ser mujeres bastante perfeccionistas, que buscan hacer lo que los demás creen que debe hacer y no consiguen desconectar su cerebro.

 

Esas mujeres piensan tanto en lo que debería de ser que no disfrutan del momento. No viven en el presente.

 

HABILIDAD AMATORIA

 

En ocasiones no sólo se trata de un problema de una persona sino que la propia pareja tiene mucho que ver. Para decirlo de una forma fina: hay parejas que no son muy hábiles a la hora de desenvolverse en la cama y, en lugar de dedicarse a la persona con la que está, sólo piensa en lo que tiene que suceder porque lo ha visto en muchas pelis porno: dos besos, unas caricias y te la meto. 

 

Te invito a que escuches el episodio en el que te hablaba sobre ello, te dejo el enlace: LQSQS. 1×64. Lo que el porno me enseñó. 

 

Te repito que esta situación tiene solución. Busca ayuda. Sabes que me puedes encontrar en rosa@rosamontana.com. Da igual si ya te ha visto el médico o el ginecólogo y te han dicho que eran bobadas. No es ninguna bobada. Es una situación y se puede solucionar.

 

Lo que quiero que tengas claro es que nunca debe de doler. Ni siquiera en la menopausia en la que los cambios hormonales provocan que la vagina esté más seca. 

 

En este caso se podría lograr un orgasmo antes de la penetración para asegurar la lubricación suficiente y evitar la dispareunia. Opciones hay muchas. Soluciones siempre se encuentran.


Lo que no me vale es que sigas sufriendo. Así que depende de ti: ¿quieres quejarte o quieres buscar una solución?

 
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